No solo es refrescante y deliciosa. El agua de coco es una de las bebidas más populares en todo el mundo por su gran valor nutritivo, ya que contiene una combinación de azúcares, fitonutrientes, antioxidantes y enzimas que generan múltiples beneficios en nuestro cuerpo.
El consumo regular del agua de coco puede tener un impacto muy positivo para aquellas personas que buscan bajar de peso, ya que ayudan a controlarlo debido a que es una bebida natural baja en calorías y libre de grasas. Además, sus componentes estimulan la producción de hormonas tiroideas, lo cual incrementa el ritmo del metabolismo y aumento de energía.
Por otro lado, el nivel de electrolitos que contiene la convierte no solo en una bebida refrescante, sino en un rehidratante muy útil para consumir luego de una extenuante rutina de ejercicio o competencia, ya que es una excelente fuente de minerales muy importantes para nuestro organismo, como son el potasio, magnesio, fósforo, calcio y sodio.
Empezando por nuestro sistema digestivo, el agua de coco se ha utilizado como un excelente tónico digestivo para combatir los parásitos e infecciones gastrointestinales. Por otro lado, su pulpa es muy rica en vitaminas B, lo cual es muy útil para el fortalecimiento del sistema nervioso.
Asimismo, sus altos niveles de potasio tienen un impacto positivo en la regulación de los latidos del corazón y las funciones musculares. Finalmente, debido a sus propiedades antimicrobianas, colaboran en la defensa del sistema inmune contra una variedad de virus y enfermedades. A estos beneficios, puedes sumarle los de nuestro JOIN HEALTH PRO, el cual ayuda a regenerar la salud de las articulaciones, el tejido conectivo y evitar lesiones.
Si bien hemos destacado los múltiples beneficios que puede traer a nuestro cuerpo y salud el agua de coco, hay que considerar que su mal uso puede desembocar en consecuencias negativas. Por ejemplo, si su consumo es en exceso, este puede tener un efecto laxante en el individuo que la ingiera, por lo que se debe tener un control.
Además, si usted está cerca a tener una cirugía, se recomienda no consumirla por al menos 2 semanas antes de la operación, ya que puede interferir con el control de la presión arterial. Finalmente, puede causar hinchazón y dolor de estómago leve, principalmente en aquellas personas que sufran de alergias a frutos secos o semillas.
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